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Fundaciones lanzan comunidad de aprendizaje para el acogimiento familiar en Chile

elmorrocotudo.cl |

08, Sep, 2023

Desde hace un año, la Alianza por el Acogimiento Familiar, conformada por las fundaciones Ilumina, San Carlos de Maipo y Colunga, busca fortalecer las mejoras del sistema de acogimiento familiar como una medida clave para restituir el derecho a vivir en familia de niñas, niños y adolescentes que requieren de protección especializada. Esto, ante la evidencia internacional, que indica que para responder de forma efectiva a las necesidades de niños y niñas gravemente vulnerados en sus derechos se requiere tanto de un sistema residencias familiares de alto nivel técnico como de una red de programas de familias de acogida que permita sostener situaciones transitorias mientras las familias logran recuperar la capacidad de cuidar y criar a sus hijos.

En ese contexto, en abril la Alianza abrió una convocatoria para que organizaciones sin fines de lucro que llevan tiempo desarrollando prácticas efectivas e innovadoras en acogimiento familiar y replicables en otros contextos, postularan al Fondo de Buenas Prácticas, iniciativa concursable que contempla, además de financiamiento, apoyo técnico y acompañamiento. 

5 organizaciones fueron seleccionadas: Casa del Cerro, Pro Acogida, Ideas para la Infancia, San José y Fundación Chilena de la Adopción (Fadop). El último miércoles de agosto fueron parte del lanzamiento de la Comunidad de Aprendizaje por el Acogimiento Familiar, que busca promover un aprendizaje compartido, con el fin de generar acuerdos para construir prácticas que mejoren la trayectoria de vida de la niñez y la adolescencia que está bajo protección y cuidado del estado, a nivel nacional.

“Ser familia de acogida puede ser una tarea muy demandante, estresante y exigente”, dice Francisca Reutter, directora ejecutiva de Fundación Ilumina. “Tener una comunidad de apoyo, un espacio donde los individuos pueden conectarse, comunicarse y sentirse parte de un grupo, reduce el riesgo de aislamiento y agotamiento emocional”, agrega. 

Durante el lanzamiento de la Comunidad, Arturo Celedón, director ejecutivo de Fundación Colunga, enfatizó: “Las dificultades que conllevan los cuidados alternativos no se van a solucionar si es que al menos uno de los múltiples actores involucrados no hace algo distinto. El sistema sólo cambia porque aprende, cambia cuando cambia la mirada. Aquí hay organizaciones que están día a día en los programas de cuidado alternativo, en programas que van mucho más allá de los documentos: son personas que trabajan directamente con madres, padres y familias de acogida y tienen mucho por enseñar”. 

Rafael Rodríguez, gerente de desarrollo de Fundación San Carlos de Maipo, explica que la necesidad de esta comunidad de aprendizaje también responde a la complejidad de desarrollar un sistema que debe ser funcional y exigente: “Históricamente, las políticas públicas y las organizaciones sociales han trabajado desde sus propios feudos, pero hoy queremos cambiar eso. El aprendizaje, al no ser cruzado, dificulta las posibilidades de mejorar siempre, y con este programa queremos tener la posibilidad de mejorar el modelo de intervención”. 

En el marco del lanzamiento estuvo presente Cristina Rodríguez, jefa de departamento de asistencia y transferencia técnica del Servicio Nacional de Protección Especializada para la Niñez y la Adolescencia, que este año lanzó “El poder de cuidar”, campaña que busca sensibilizar a la población acerca de la opción de convertirse en Familia de Acogida, práctica que promueve la alianza. En ese contexto, explica, el Servicio está participando activamente de la recolección y unión de saberes en la comunidad de aprendizaje. “Queremos instalar el conocimiento que surja de esta comunidad de aprendizaje dentro de la Academia «Conectando Saberes», una iniciativa del Servicio para fortalecer la capacitación a los distintos actores que forman parte de del circuito en el área de protección, para difuminarlo a todos quienes trabajan en protección especializada”, dijo Rodríguez. 

Las buenas prácticas que se trabajarán en la comunidad de aprendizaje 

Casa del Cerro: Una grilla de monitoreo

Los acompañamientos terapéuticos que desde Casa del Cerro realizan a niñas y niños en familias de acogida, los registran profesionales utilizando como herramienta una grilla con la que van monitoreando, analizando y observando la trayectoria del proceso reparatorio integral. Esta grilla, herramienta que están utilizando desde el año pasado, ha sido una buena práctica que buscan compartir en la Comunidad de Aprendizaje. Antes, los procesos reparatorios de niños y niñas en familias de acogida se monitoreaban solo a través de una fotografía general del inicio y el final del proceso.

Fundación Pro Acogida: Más información para llamar a la gente a ser Familias de Acogida

“Nuestro proyecto es implementar una Incubadora de Familias, para recoger la motivación inicial que tienen ciertas personas de convertirse en familias de acogida”, explica Alejandra Catán, directora social de Fundación Pro Acogida. “Este proyecto busca acoger a quien acoge: acompañar a las familias desde la primera experiencia, donde reciben información, hasta el momento cuando inician el camino y se compromenten con el cuidado transitorio de una niña, niño o adolescente. Compartir con ellas información permite instalar ciertas bases mínimas en común que ayudan a que este proceso sea más potente”. 

Fundación San José: Especialización para las familias de acogida que reciben recién nacidos

“Nuestra buena práctica se enfoca principalmente en el fortalecimiento y en la especialización de la familia de acogida”, dice Nisse Rivera, coordinadora del FAE de Fundación San José. “Nuestro FAE tiene el requerimiento de que las familias se especialicen en el cuidado de recién nacidos: niñas y niños de 0 a 4 meses. Cómo vamos potenciando y robusteciendo esa buena práctica, nos permite que las familias de acogida logren el perfil específico que estamos buscando para cuidar a la primera infancia en procesos transitorios. Si esas familias saben de estimulación, de cuidados de recién nacidos, del rol reparatorio que tendrá en ese niño o niña su primera etapa de desarrollo, aportará un mayor bienestar. La delicadeza de la formación que nosotros tenemos que ofrecer a las familias de acogida, tiene que ver mucho con la realidad de un niño al que tendrán que transmitirle la importancia de reconectar con su familia de origen cuando crezca y comience a entender el proceso en el que está”.

Fundación Chilena de la Adopción: El vínculo y la transición de la familia de acogida a la familia definitiva

“Nuestra intención es apoyar desde la buena práctica las transiciones vinculares que existen en las familias de acogida externas hacia su familia definitiva, sea de origen, extensa o adoptiva”, cuenta Daniela Pérez, coordinadora de FAE en FADOP. “Finalmente, en esta transición está como prioridad la niña o el niño, por lo tanto el procedimiento que incluye tiempos, va a depender de las necesidades de ellos. Se trata de que los adultos se pongan a disposición del tiempo que necesite la niña o el niño y no viceversa. 

En esa lógica, es la familia de acogida la que también necesita tiempo en esta transición vincular. Cuando hay una solución definitiva hacia la adopción, nosotros no sólo abordamos un perfil de necesidades de la  niñez, también le planteamos a la familia de acogida cómo ellos se imaginan a la familia definitiva. Cuando uno va haciendo estos procesos de manera respetuosa, el adulto se pone a mayor disposición de la transición vincular”. 

Fundación Ideas para la Infancia: Formar a profesionales en el acogimiento familiar 

“Conectándonos con el Cuidado es un programa formativo que aborda las necesidades de aprendizaje de profesionales en acogimiento familiar”, explica María Paz Badilla, directora ejecutiva de Ideas para la Infancia. “Formar espacios colaborativos entre las distintas personas que están trabajando en acogimiento familiar, es una acción clave. La diversidad de buenas prácticas que confluyen en estos espacios permiten irse alineando e identificando directrices. Hay que pensar en saberes que no solo son académicos, sino que también están aterrizados al terreno, a la práctica, y a la respuesta a contingencias que se pueden ir dando en la vida de la niñez, nos ayuda a aprender cómo responder mejor”.

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